Hace algún aproximademante un año tuvimos el placer de acudir al concierto de Alchemy Project, además de poder conocer a su frontman, Roberto Sánchez, al que también entrevistamos (link).
Alchemy Project es un grupo que lleva a los escenarios, con exquisita fidelidad en cuanto a sonido, instrumentación y escenografía, aquel maravilloso concierto grabado en el Hammersmith de Londres en 1983, la delicia de todo fan de Dire Straits, y de los amantes del rock en general. Nunca antes ningún grupo ha realizado un tributo basado en exclusiva en este enorme directo, cuya grandeza y virtuosismo reside en que fue grabado tras una gira de 240 conciertos por todo el mundo y en el máximo apogeo de la banda inglesa.
Ahora puedes disfrutar de ese directo con el concierto completo que la banda ofreció en el Festival Gran Canaria Suena el 29 de julio del pasado año…
Muse actuará el próximo 8 de septiembre en el estadio de Balaídos de la mano del Xacobeo 21-22, en la que será su tercera fecha confirmada en España. La preventa exclusiva de entradas comenzará mañana a las 10.00 para los socios del Celta (con motivo del centenario del club), que podrán acceder a 5.000 tiques. El viernes 29 de julio se abrirá la venta completa de las 10.000 entradas restantes.
El aforo actual del campo, que se encuentra en obras en la zona de marcador, es de 15.000 personas, pero se espera que estas avancen y el aforo se amplíe entre unas 3.000 o 4.000 personas.
El precio estándar de las entradas será de 65 euros tanto para grada como para pista, y los portales web donde se podrán conseguir son Ticketmaster y Livenation.
A la banda de rock británica (que será cabeza de cartel) lo acompañarán el grupo de pop electrónico Years and Years y la banda local The Killer Barbies. Esta última abrirá el concierto a las 20.00, una hora después Years and Years entrará en escena, y finalmente será Muse, a las 22.15, la que pondrá la guinda al pastel.
Con este evento vuelve la música al Estadio de Balaídos después de 21 años, cuando Alejandro Sanz dio un concierto dentro de su gira El alma al aire, que sería el último evento musical en el estadio de fútbol. A finales del siglo pasado los vigueses también pudieron disfrutar en el lugar de estrellas como los Rolling Stones, Madonna o Dire Straits.
Una Gibson J-200 Celebrity de 1985, que alguna vez fue propiedad de David Gilmour de Pink Floyd, se puso a la venta en Reverb.com.
Originalmente propiedad de John Illsley de Dire Straits, la guitarra se vendió a Gilmour en 1994, antes de la gira Division Bell, y luego se subastó en 2019 como parte de la subasta benéfica de gran parte de la colección Gilmour.
Gilmour usó la lujosa acústica ampliamente en el escenario y en el estudio, usándola de manera más destacada durante una interpretación de Wish You Were Here en el set de reunión de Pink Floyd de 2005.
Solo se fabricaron 90 modelos de Gibson J-200 Celebrity, y este instrumento en particular es el número 42 del lote. Tiene las mismas dimensiones que un modelo J-200 estándar, con fondo y aros de palisandro, diapasón de ébano, mástil de caoba, puente tipo bigote con incrustaciones vintage y clavijero Allison vintage de lujo.
También cabe destacar la prominente y súper inlay retro “The Gibson” en el clavijero de la guitarra. La J-200 incluye toda la documentación de la casa de subastas y el catálogo oficial de subastas de 2019 y la procedencia, que incluye el recibo de venta de Illsley.
Para obtener más información sobre la guitarra, visite Reverb.com.
Es el verano de 1986 y el rock está en el retrete. No es heavy metal (Iron Maiden está en su apogeo y Metallica está a punto de superarlos), sino buen rock and roll a la antigua, del tipo que también les gusta a las chicas bonitas. Ya sabes, potente, sexy, pegadizo y, sobre todo, c-o-o-l. Revestido de cuero estresado y embadurnado con maquillaje del día después. Rock que abraza la entrepierna y sacude el culo.
Ah, está Bon Jovi, pero son como una banda de chicos: sonrisas falsas, caniches, simuladores de rock por números. Rock para gente a la que no le gusta el rock; pop en ropa de rock.
Un año después, las cosas comenzarían a cambiar drásticamente con la llegada de Guns N’ Roses, directamente de las calles de Hollyweird, bombardeados con neón y permanente. Pero tomaría tiempo para que su impacto se descargara por completo.
Sin embargo, primero llegó una banda británica que obtendría un éxito gigantesco desde el primer momento. Un grupo de valientes que se cargaron a todos que mostraron una verdadera visión, un coraje real y un gran estilo al quitarse su brillante piel de punk-pop para revelar el tipo de rock con caderas de serpiente, tra-la-la y adicto a los riffs.
Eran The Cult, y fueron odiados tanto como alguna vez fueron amados y lo sabían…y simplemente no les importaba, y en 1987 se convertirían en los inverosímiles salvadores del rock, verdadero rock tatuado de hijos de la luna, con el lanzamiento de su tercer álbum, «Electric».
“Fue un momento tan emocionante. La energía todavía resuena para mí”, reflexionó el cantante Ian Astbury en 2013. “No teníamos ninguna intención consciente de objetivar la música. Fue puro instinto”.
De hecho, la grabación de «Electric» estuvo llena de intención consciente. Como dice ahora el bajista Jamie Stewart: «Hendrix, Cream, Zeppelin, AC/DC, Stones, estuvieron todos ahí, sí. Fue un paso intencional… Ian había perdido por completo el interés por el post-punk británico. Él solo quería hacer rock directo”.
Para aquellos que no lo vivieron, ahora es imposible imaginar lo impensable que era para una banda británica a mediados de los ’80 simplemente querer hacer rock. Con la prensa musical semanal todavía dominada por la ferozmente partidista New Musical Express, donde el término «rock» solo podía verse entre comillas mientras se sostenía en alto con unas pinzas, incluso tener el pelo largo se consideraba profundamente sospechoso.
Pero claro, Ian Astbury siempre había sido visto como algo sospechoso para la élite privilegiada de la prensa musical del Reino Unido. No importa que su primer grupo, Southern Death Cult, un cuarteto formado en Bradford en 1981, fuera una mezcla básica de gótico y punk que encontró al cantante bailando como si estuviera alrededor de un tótem con el pelo rojo de Bowie. Su banda sonaba más cerca de Siouxsie And The Banshees que de AC/DC. Pero no importa…nunca estaban del todo a la moda.
Southern Death Cult
Desde Bradford, pasando por Ontario, Glasgow, Liverpool, una temporada en el ejército y un curso acelerado de cirugía cerebral cuando escuchó «The End» (The Doors) mientras veía «Apocalypse Now», que describió como «una experiencia religiosa» a sus 19 años. El viejo Ian Astbury no era un gótico común y corriente con ojos de panda. Nacido para rockear, para ser salvaje, para presumir y robarte la novia, era el gold frontman. Sin embargo, aparte de un artículo hilarantemente pretencioso de Paul Morley en New Musical Express, Southern Death Cult siguió siendo un nicho de interés. Un culto sin causa.
Luego vino Death Cult, formado en 1983 por Astbury y los exmiembros de Theatre Of Hate, el guitarrista Billy Duffy y el batería Nigel Preston, al que pronto se uniría en el bajo Jamie Stewart: “Yo era un guitarrista que se convirtió al bajo solo para poder unirme a Death Cult.”
Theatre of Hate
Desde el primer día, los líderes de la banda siempre fueron Astbury y Duffy. Este último era de Manchester y de linaje real punk, habiendo estado en The Nosebleeds cuando presentaban a un cantante inquieto y dolorosamente tímido llamado Steven Morrissey, más tarde de The Smiths.
Theatre Of Hate, cuyo álbum debut fue producido por Mick Jones de The Clash, cuestionó las credenciales punk del malhumorado Duffy, pero el primer concierto al que asistió fue a ver a Queen en el Palace Theatre de Manchester en 1974.
“Era un escenario negro, la guitarra tocaba un acorde D, que he arrancado un millón de veces, y Freddie Mercury apareció en una ventana con solo su rostro visible”, recuerda Duffy en su sitio web. “Luego, cuando comenzó la canción, todas las luces del escenario se iluminaron. Toda la banda estaba vestida de blanco y Brian May llevaba una capa. Esa experiencia, que está impresa de manera totalmente indeleble en mi mente, me hizo darme cuenta de que quería hacer eso para ganarme la vida”.
En octubre de 1985, llegó su segundo álbum, «Love», su gran avance en las listas de éxitos. El sonido de «Love» era el sonido de The Cult in excelsis. Pesado, relámpago dramático, gótico, psicodélico. Sin embargo, dice Stewart, «las críticas iniciales de Love fueron terribles». Afortunadamente, a su creciente base de fans de chicos de ojos tristes les encantó. Pero fueron los recién llegados, los curiosos de Cult, quienes hicieron el álbum y los tres sencillos lanzados a partir de él: «She Sells Sanctuary», «Rain» y «Revolution», significativos en las listas de éxitos.
Supervisado por el productor londinense Steve Brown, que acababa de diseñar éxitos para ABC y Wham!, pero que se había formado como ingeniero en los ’70 con Thin Lizzy, Dire Straits y Boomtown Rats, «Love» era el lugar donde The Cult conocieron su futuro. O eso parecía. “Hasta Love solo estábamostratando de sacar nuestras influencias”, dice Stewart. “Ahora éramos más nosotros mismos”.
La banda perfecta se encuentra con el productor perfecto, que hace el álbum perfecto para tiempos imperfectos. En el verano de 1986, cuando terminó la gira, Beggars Banquet estaba comprensiblemente ansioso por reunir a la banda y al productor para hacerlo todo de nuevo, solo que esta vez incluso mejor. Se reservó tiempo en los lujosos estudios Manor de Richard Branson en la campiña de Oxfordshire, y el presupuesto se estableció en un nivel alto, apropiadamente deslumbrante. Nada, seguramente, podría salir mal. A «Love» le seguiría un álbum llamado… «Peace». The Cult finalmente tenía la fuerza con ellos.
The Manor Studios
“Empezó como emocionante”, dice Stewart. “Estábamos saliendo de un éxito, así que pensamos, está bien, vamos a ver si podemos repetir ese éxito: una especie de segunda parte de Love. Los riffs y los acordes estaban más o menos en esa línea”.
Sin embargo, tres meses más tarde, cuando la grabación estuvo completa, se hizo evidente para todos: “que era simplemente… exagerado. Sobrecocinado. En ese momento, estaba tratando de que me gustara, pero se la puse a algunas personas y pensé: ‘todas estas pistas son demasiado largas y están pasando muchas cosas en ellas’. Pero se necesita mucha botella y compromiso para renunciar a eso y decir ahora mismo, no vamos a lanzar esto, vamos a hacer algo completamente diferente”.
De hecho, fue la evidente falta de compromiso de Astbury lo que finalmente condenó las sesiones de Manor, como se las conoció. “Estaban muy poco preparados”, recuerda Steve Brown. Astbury, en particular, insiste, estaba «extremadamente ausente». En «Love» hubo un intenso período de preproducción en un estudio de ensayo residencial, trabajando en el material. “Fomentó un espíritu de equipo. Iba a ver a Ian por la noche y repasábamos las letras y esas cosas. Pero a todos nos lanzaron a las sesiones de Manor… Era una atmósfera muy diferente”.
El material simplemente no estaba allí de la forma en que había estado en el álbum «Love», dice Brown. “No habíamos tenido ninguna preproducción. Tuve algunas demos ásperas, y solo estábamos grabando sin ensayar, con lo que realmente no me siento cómodo en absoluto. Uno de mis dichos es: mide dos veces, corta una”.
Pero había otro elemento en su inquietud. “Creo que Ian estaba a la deriva, mentalmente, a través del Atlántico. No creo que estuviera interesado en ir a la mansión de Richard Branson para grabar un álbum británico. Creo que alguien estaba al otro lado del Atlántico en Nueva York, estudiando graffiti, rock and roll, AC/DC y todo ese tipo de cosas. Si hubiera tenido las agallas y la edad, tal vez, habría puesto freno a todo el álbum e ido a la compañía discográfica y dicho: ‘No, no estamos allí. Tenemos que ir a reunir el material y hacer algo de preproducción”.
«Sin embargo, el mundo no funciona así. Tienen audiencias por ahí con ganas de otro álbum. Pero la vibra no estaba allí. No estábamos pensando en Sanctuarys o Rains o Revolutions. Simplemente no aparecían».
Aunque se niega a dar nombres, está claro que el «otro elemento» al que apunta Brown es el productor estadounidense Rick Rubin. Un hombre corpulento con camisas surf y pantalones de camuflaje caqui, con su enorme barba desaliñada y sus característicos gafas de sol envolventes. En estos días Rick Rubin se parece a un Orson Welles hippie.
Rick Rubin (1986)
A Rubin le gusta ir descalzo a las reuniones, defiende una filosofía zen de vegetarianismo y ley kármica, y mientras habla toca con los dedos un rosario budista de lapislázuli, cierra los ojos y se mece en silencio mientras escucha atentamente la música, antes de pronunciar juicio gnómico. Su voz es sorprendentemente suave y siempre tranquilizadora, y muchos de los artistas con los que ha trabajado durante los últimos 30 años se refieren a él simplemente como El Gurú.
Pero todo eso vino después de que trabajó con The Cult. En ese entonces era un chaval de 23 años de Lido Beach, en Long Island, que todavía comía pizza y hamburguesas, aunque no bebía. La música había sido su pasión desde que Rubin podía recordar. Curiosamente, considerando la carrera que iba a tener, amaba a The Beatles pero “nunca me gustaron realmente los Stones”.
“No tengo entrenamiento, ni habilidad técnica”, insistió Rubin, aunque podía tocar la guitarra y claramente sabía manejarse en un estudio de grabación, “es solo esta capacidad de escuchar y tratar de entrenar al artista para que sea lo mejor que pueda desde el principio, desde la perspectiva de un fan”.
Cuando comenzó a trabajar con The Cult, ya había producido álbumes que definieron su carrera para The Beastie Boys («Licensed To Ill»), LL Cool J («I Need A Beat») y, más recientemente, «Reign In Blood» para Slayer. También produjo «Walk This Way», el primer gran éxito cruzado de rock y rap, para Run DMC y Aerosmith.
Rick Rubin con Run DMC (1988)
También era un devoto fan de AC/DC. “Estaba en el estudio en Nueva York una vez y Rubin estaba en el estudio de al lado, sentado allí con todos estos álbumes de AC/DC en el escritorio frente a él, usándolos para asegurarse de que tenía la batería y la guitarra correctas”, recuerda el ex productor de AC/DC, Tony Platt. “Eran como su plantilla para el futuro”.
Como recordó Rubin más tarde: “cuando estoy produciendo una banda de rock, trato de crear álbumes que suenen tan poderosos como Highway To Hell. Ya sea The Cult o Red Hot Chili Peppers, aplico la misma fórmula básica: mantenlo escaso, haz que las partes de guitarra sean más rítmicas. Suena simple, pero lo que hizo AC/DC es casi imposible de duplicar”.
RHCP con Rick Rubin
Pero eso no impidió que intentara.
Jamie Stewart recuerda que fue Astbury el principal impulsor del abandono del álbum «Peace», y con él los servicios de Steve Brown, y el traslado de la banda a los estudios Electric Lady en Nueva York para comenzar de nuevo con Rick Rubin.
Brown recuerda: “recibí una llamada telefónica para darme la noticia de que habían decidido irse a Nueva York y grabar con Rick Rubin”. La banda también había despedido a su equipo de gestión del Reino Unido y firmó con Frontier, una poderosa compañía con sede en Los Ángeles. “Así que puedes ver una ruptura clara justo allí. Ver que alguien se ha ido: ‘Bien, vamos a tomar América. Y no queremos hacerlo como una banda británica, queremos hacerlo como una banda pseudo estadounidense’”.
«Las vibraciones simplemente no eran las correctas», dice Stewart. “A Ian le gusta la vibra. Ian preferiría grabar donde los Stones grabaron algo famoso, como los estudios Olympic en Londres. Ian había seguido adelante. Había vuelto a escuchar más blues, y a los Beastie Boys”, cuyo «Fight For Your Right», un éxito en ese momento, encontró a Rubin robando «High Voltage» de AC/DC para el riff. “Ian simplemente perdió interés en la reverb, el eco, la gran pared de ruido que teníamos en Love. Había perdido interés en él casi antes de que empezáramos a grabar, y se interesó aún menos a medida que avanzábamos”.
Todas menos cuatro de las pistas que terminaron en «Electric», incluida una versión horriblemente laboriosa de «Born To Be Wild» de Steppenwolf, se habían grabado originalmente en Manor. Sin embargo, solo uno de los cuatro, «Lil ‘Devil», con su riff y letras a lo Jagger con labios ardientes, tuvo un impacto real, dando a la banda su sencillo más exitoso en Gran Bretaña hasta el momento. Los otros siete temas fueron rehechos y remodelados por Rubin.
“Hubo algunos riffs de guitarra geniales que estaban en las sesiones [de Peace] que se perdieron en las sesiones [de Electric] debido al cambio total de sonido”, dice Stewart. “Estoy pensando en Electric Ocean y la primera versión de Love Removal Machine…pero teníamos que hacerlo”.
De hecho, la versión de «Peace» de «Electric Ocean» tenía un riff maravilloso que falta por completo en la versión de «Electric», que es más trepidante. «Love Removal Machine» tenía el mismo riff ‘prestado’ de «Start Me Up» de los Stones que en «Peace», pero era más corto, más cuidado, hasta su nuevo final, otro momento ‘prestado’, esta vez de «Heartbreaker» de Led Zeppelin: esos gloriosos 90 segundos al final donde Page se deshace de las complejidades. Otra pista fundamental de «Electric», «Aphrodisiac Jacket», con su riff cachondo y descendente, evoca desvergonzadamente «Tales Of Brave Ulysses» de Cream.
Sin embargo, la apropiación más evidente de un riff de guitarra de rock clásico se encuentra en la pista principal, «Wild Flower»: una réplica exacta del riff de «Rock ‘N’ Roll Singer» de AC/DC. «Había mucho AC/DC en ese momento, es cierto», dice Stewart con una sonrisa. “Fue como…este es más el sonido que buscamos ahora. Tratando de aclimatarse a este nuevo paisaje sonoro donde la guitarra rítmica es a menudo el riff”.
No es como si AC/DC, Zeppelin o los Stones nunca «tomaran prestado» de otros. “Billy me dijo hace algunos años que había hablado con Angus Young sobre ese riff [Wild Flower] y se disculpó, y Angus dijo: ‘No te preocupes por eso. Todos tomamos cosas prestadas todo el tiempo’”.
Lanzado en marzo de 1987, «Electric» dividió a todos. Las revistas de hard rock actuaron de manera sospechosa, ¿qué están tratando de hacer estos punks?. Las biblias de la nueva ola también olían a rata, por diferentes razones. Incluso algunos de los fans de la banda estaban francamente desconcertados. En lugar del polvo de hadas brillante de «Love», ahora había riffs de guitarra fuertemente comprimidos. El tipo de sonido alto, seco, que suena genial saliendo de los diminutos altavoces de la radio o estéreos baratos bramando por la ventana y haciendo las delicias de los vecinos.
«Perdimos mucho de la audiencia gótica británica en ese momento, pero aún conservamos un montón», dice Stewart. “Tal vez la mitad de los fans de Mission y las personas a las que les gustaba ese tipo de cosas dijeron: ‘esto de Electric no es para nosotros’. Pero la mitad de la gente a la que le gustaba Love también podía llevarse bien con Electric, a pesar de que era un gran cambio. No se suponía que hicieras eso y, sin embargo, lo hicimos”.
En Estados Unidos también hubo un replanteamiento apresurado entre sus seguidores existentes. “La radio universitaria, que estaba completamente interesada en Love, no estaba tan interesada en Electric. Pero luego había toneladas de estaciones de rock clásico en los Estados Unidos que habrían estado dispuestas a escucharlo. Después, de una forma u otra, en Gran Bretaña también despegó”.
Al igual que con «Love», hubo tres sencillos exitosos en «Electric»: «Love Removal Machine», «Wild Flower» y «Lil’ Devil», solo que esta vez también comenzaron a escalar las listas estadounidenses. Al igual que «Love», «Electric» también llegó al número 4 en el Reino Unido. A diferencia de «Love», «Electric» también alcanzó el Top 40 de EE. UU. y finalmente vendió más de un millón de copias allí.
A finales de 1987, cuando la gira mundial que siguió finalmente llegó a su fin, The Cult había demostrado que sus escépticos estaban equivocados y trazó una hoja de ruta para todos los que ahora los seguirían, entre ellos Guns N ‘Roses, que fueron sus teloneros en la etapa norteamericana de la gira de verano de 1987.
Hablando tres décadas después, Billy Duffy lo expresó así: “anunciamos un cambio que culminó con que todos compraran Appetite For Destruction, y nos trataron mal por ponernos de pie y decir que la música rock orgánica no tiene nada de malo. Ian lleva su corazón en la manga y muestra dónde está con su vestimenta. Estábamos en el hard rock, pero no éramos una banda de metal, y la prensa musical inglesa se asustó por eso. No tenían ni idea de lo que estábamos haciendo”.
Durante la gira, Duffy sugirió que necesitaban un segundo guitarrista para tocar material eléctrico en vivo. Así que entró el ex bajista de Zodiac Mindwarp, Kid Chaos. “Fue difícil encontrar a alguien más, porque no estábamos en el terreno de Whitesnake y ya no estábamos en el campo punk”, explica Stewart. “Necesitábamos a alguien en sintonía con The Cult, y eso no iba a ser fácil”.
Estuvieron en la carretera, golpeando el cielo, durante ocho meses. Al final de la misma, la banda estaba casi terminada. «No había drogas, eso nunca fue realmente lo nuestro», dice Stewart. “A Ian le gustaba el vino y a Billy le gustaba Jack Daniel’s. Entonces alguien decidió que destrozar equipo sería una buena idea, y ese fue el principio del fin, de verdad”.
Cuando, en la última noche de su gira australiana, Kid Chaos«le regaló su amplificador de bajo a un niñode la audiencia», fue la gota que colmó el vaso.
De vuelta a casa para la Navidad de 1987, un año exactamente desde que terminaron de trabajar con Rick Rubin en «Electric», The Cult ya no sabía lo que quería, solo sabía lo que no quería. Warner fue despedido poco después. Kid Chaos volvió con Zody. Astbury, Duffy y Stewart “huyeron el uno del otro, y The Cult quedó en suspenso forzoso durante casi nueve meses, cuando comenzaron a trabajar en el siguiente paso hacia el estrellato estadounidense, con el productor canadiense Bob Rock, con quien harían el álbum multi-platino «Sonic Temple», que sacude el planeta. Después de eso, Guns N’ Roses les robó a su nuevo batería Matt Sorum para que los ayudara a hacer los dos álbumes «Use Your Illusion», y Metallica se unió a Bob Rock para grabar su propio megaéxito, «The Black Album».
Sin embargo, fue con el álbum «Electric» que comenzó la verdadera revolución del rock. De pie sobre los hombros de gigantes como Zeppelin, AC/DC y los Stones mientras producían un clásico deslumbrante tras otro. El tipo de álbum que Aerosmith, entonces recientemente rejuvenecido, solo podía soñar con hacer.
Entrevistamos a Roberto Sánchez, guitarrista, cantante y frontman de Alchemy Project un grupo que lleva a los escenarios, con exquisita fidelidad en cuanto a sonido, instrumentación y escenografía, aquel maravilloso concierto grabado en el Hammersmith de Londres en 1983, la delicia de todo fan de Dire Straits, y de los amantes del rock en general. Nunca antes ningún grupo ha realizado un tributo basado en exclusiva en este enorme directo, cuya grandeza y virtuosismo reside en que fue grabado tras una gira de 240 conciertos por todo el mundo y en el máximo apogeo de la banda inglesa.
Primeramente expresarte nuestro agradecimiento por poder atender al blog de VanzGuitars. Después del gran “apagón musical” que ha habido durante este tiempo, parece que arranca todo de nuevo y Alchemy Project se encuentra inmerso en plena gira nacional.
-¿Cómo estáis viviendo vuestro regreso a los escenarios?
Con muchísima ilusión y más ganas que nunca, y es curioso que podemos apreciar lo mismo en el público… su interés y respuesta en nuestros shows ha sido fantástica, y claramente tanto ellos como nosotros teníamos ya mucha “hambre” de escenario y de conciertos. Después de tantos meses de noticias horribles en general para la humanidad, que tengamos por fin la oportunidad de hacer lo que más nos gusta, y evadirnos de toda esa negatividad que nos inunda, es todo un placer y un privilegio poder tocar de nuevo.
Espai Rambleta
-Actualmente existe un gran abanico de “grupos tributo”, pero creo que hay pocos (tal vez algún tributo a Pink Floyd, creo recordar) que se centre en una época concreta del grupo al que homenajea. ¿Porque centrarse en “Alchemy”?.
Alchemy desprende una energía especial, y supongo que es uno de los motivos por el que está considerado como uno de los conciertos más relevantes de la historia del rock… y es que fue grabado en el máximo apogeo y virtuosismo de Dire Straits, después de una gira de 150 conciertos por todo el mundo, y finalizando “en casa”, en el Hammersmith Odeon de Londres, por lo que todo eso se refleja en ese electrizante directo. Otros grupos tributo se habían centrado en otras épocas, pero nadie antes se había centrado en exclusiva en Alchemy hasta que lo hicimos nosotros, quizás por el gran reto y dificultad que supone llevarlo a cabo, y por eso quise aventurarme a hacerlo… de alguna manera me gustan los retos. Y aún después de cuatro años realizándolo, seguimos intentando mejorarlo concierto a concierto, para que el público sienta que está viajando en el tiempo al 22 y 23 de Julio de 1983.
Últimos detalles antes del concierto
-“Alchemy” se publicó en 1984 (cumplirá 40 años en 2024), ¿crees que su discurso musical puede encajar hoy en día?.
Sinceramente, creo que no. Y es un poco triste, porque desde mi punto de vista, la música contemporánea se ha simplificado mucho, y utiliza otro lenguaje que nada tiene que ver con la música que se hacía hace 30 o 40 años. Pero de lo que no tengo duda, es que se ha convertido en un clásico, y que perdurará en la historia (más allá de lo que pueda conseguir la música actual) para todo aquel que quiera investigar. Pero me llama poderosamente la atención, que cuando algunos padres o abuelos llevan a sus hijos o nietos a nuestros conciertos, sus caras de asombro son la semilla para que esa música perdure. Es como si hubieran estado viendo en blanco y negro, y al ver ahora a 7 músicos compenetrados sobre un escenario y haciendo música “no sampleada”, es como si ahora vieran en color.
-Como admirador que me declaro, primero de Dire Straits y después de Mark Knopfler, tengo que reconocer que me fascina la gran diferencia entre los temas originales (ya de por sí extensos) y los que interpretaban en directo y fueron capturados para “Alchemy”. ¿No es esto extremadamente complicado para un grupo tributo?.
Sí, sin ninguna duda, y me vienen especialmente a la memoria dos temas enlazados del concierto original, cuya duración es de 28 minutos… se trata de Portobello Belle y Tunnel Of Love. Están magistralmente enlazados, y es un gran reto para nosotros estar tocando durante 28 minutos sin pausa alguna. De hecho, debido a su longitud, en el doble disco fue incluso eliminado Portobello por falta de espacio, y Tunnel Of Love aparece en el disco con un “fade in”.
-Personalmente considero “Alchemy” como un disco de “cabecera” para cualquiera que le guste el rock y más concretamente la música en directo. No sabría decidirme sobre un tema que definiera lo más fielmente posible lo que es “Alchemy”…¿que tema elegirías para que lo escuchase alguien que no conociera el disco?.
Para alguien que no lo conozca, el tema emblema que puede “explicar” más rápidamente qué es Alchemy, sin duda siempre será Sultans Of Swing, y es el que refleja perfectamente esa energía. Pero para mí, creo que me quedaría con Telegraph Road.
-“Alchemy” contiene temas de todos sus anteriores discos: “Dire Straits” (1979), “Comuniqué” (1979), “Making Movies” (1980) y “Love over Gold” (1982). ¿Crees que el disco “Brothers in Arms” (1985) supuso un giro en cuanto a la concepción musical de Dire Straits alejándose del rock de raíces folk, blues y country (e incluso jazz) hacia un sonido más comercial?.
Sí, sin ninguna duda. A partir de Brothers In Arms se aprecia en la guitarra de Mark aquello de “menos es más”, menos notas, menos rapidez o virtuosismo, pero tanto o más feeling… el tema Brothers In Arms es puro feeling a la guitarra, y no son necesarias más notas. Ahí ya hubo un importante giro musical, pero también en la mayor relevancia en los teclados, que ya venía vislumbrándose desde el disco Love Over Gold. Quizás por este último detalle pueda parecer más comercial, pero si nos situamos en el contexto de la época, Dire Straits supo evolucionar muy rápido en sus 7 primeros años hacía el tipo de música que se hacía e innovaba en la época, aunque sin perder su esencia. No todos los grupos consiguen adaptarse a las novedades de los tiempos, sin perder su esencia primigenia.
-“Once upon a time”, “Expresso Love”, “Romeo and Juliet”…lo mires por donde lo mires son auténticas piedras preciosas que componen la joya perfecta, ¿conserváis el tracklist original en directo?.
Sí, pero no solo el que aparece en el doble disco, sino el que se pudo oír en el Hammersmith Odeon en 1983, y es que como decía antes, hubo ciertos temas que fueron eliminados, como Portobello, pero también el interesante Industrial Disease, que también enlazaron con Expresso Love, o el divertido Twisting By The Pool. Cuando comenzamos nuestra andadura en 2018, lo hacíamos así. Ahora hemos tenido que hacer un poco de hueco para incorporar otros clásicos que siempre nos demandaban, como Brothers inArms o Money For Nothing.
-Llegamos a lo que parece ser la pieza central de “Alchemy”, “Sultans of Swing”, tema que catapultó a la banda y que sigue siendo el argumento principal de la misma…¿Cómo abordas la interpretación en directo de un tema que ha sonado hasta la saciedad y a la vez sigue siendo tan significativo?.
Con más respeto aún si cabe que con el resto de los temas. Todos son igual de importantes por supuesto, pero el público sabe que este tema nunca va a faltar, y muchos están esperando que llegue ese momento en el concierto, por lo que eso impone mayor respeto aún, y hacemos todo lo posible porque salga perfecto. Además, es un tema muy sensible a la velocidad… si la banda en general lo hace un poco más deprisa o despacio de lo que requiere, te lo puedes cargar literalmente. Debe ir a su tempo adecuado, y eso le añade aún más presión. Hay temas que pueden permitirse variaciones más amplias en ese aspecto, pero Sultans no.
-“Telegraph Road” es otro de los temas característicos desde su lanzamiento en “Love overGold” e imprescindible para entender qué era un directo de Dire Straits. Como se entiende que un tema en directo de casi 14 minutos de duración mantenga esa tensión en todo momento?.
Es muy curioso el caso de Telegraph Road… porque a pesar de ser un tema de 14 minutos, a veces se te pasa volando o se te puede hacer corto, y creo eso es porque tiene varias partes muy diferenciadas, y muy cuidadas en arreglos y solos distintos en cada parte, que hacen que te mantengas conectado a él todo el tiempo, siguiendo el “hilo argumental”. Es como en las películas buenas, no hay una parte que sea aburrida o menos interesante que otra, todas captan tu atención de principio a fin, y supongo que ese es el secreto de este gran tema.
-¿Y en qué momento decide Roberto Sánchez que quiere tocar la guitarra?.
Cuando redescubro a los 11 años la música que ponía mi padre en casa cuando era más pequeño, y eso reabrió “una puerta” en mi mente donde se almacenaba de alguna manera esa música y recuerdos de pequeño. Recuerdo que una tarde de verano, cuando todos descansaban, me puse a escuchar con auriculares distintas cintas de cassette de mi padre, y al poner Dire Straits“me voló la cabeza”, y cuanto más escuchaba, más quería participar de aquel espectáculo sonoro. Suelo decir que fue una sana obsesión, quería hacer eso, quería ser como Mark Knopfler, y tocar como él.
-¿Es ahí cuandodescubres a Dire Straits y Mark Knopfler?.
Sí, era la música que escuchaba mi padre, y que ponía en casa y en viajes cuando yo tenía 3 o 4 años, y tras algunos años en que no se escuchaba tanto en casa, la redescubrí con 11 años, y con 12 ya tuve mi primera guitarra, una Samick japonesa, roja y blanca como no podía ser de otra forma.
-Pasando a Alchemy Project…es un proyecto personal o surge de una cierta complicidad con otros miembros?.
Es un proyecto y una apuesta personal. Siempre estuve en grupos tributo más bien modestos… el primero en el que empecé a tocar temas de Dire Straits fue en el año ’95 con compañeros de instituto, luego en 2002 formé otra banda llamada The Next Train, con la que hicimos más de 80 conciertos, algunos de ellos bastante interesantes, pero Alchemy Project sería el paso definitivo hacia un público mayor, y espacios más grandes y de calidad.
–Alchemy Project presenta a siete músicos en el escenario (lo cual agradecemos), pero…¿lo consideras imprescindible para alcanzar la máxima fidelidad musical?.
Sí, sin ninguna duda. No veo que pudiera prescindir de ningún músico, y mucho menos de lo que pudiera parecer que va “por duplicado”, que son los teclistas, pero son absolutamente imprescindibles ambos, al igual que el guitarra de acompañamiento.
La formación presenta siete músicos en escena
-Creo que además del “Alchemy” por completo vais a interpretar otros temas de Straits, no es así?.
Así es, en los primero dos años de Alchemy Project, interpretábamos en exclusiva en concierto de Alchemy, pero el público inevitablemente siempre nos pedía ciertos temas de épocas posteriores, y finalmente hemos accedido a esas peticiones, porque son muy lógicas. Temas como Brothers In Arms no deberían faltar nunca.
-En cuanto al equipo…¿Qué estás utilizando en esta gira?.
Pues no soy un guitarrista que precisamente lleve un equipo increíble, y unas guitarras magníficas y carísimas. Tengo una visión bastante particular al respecto. La guitarra más cara (pero no por ello mejor) que tengo, es la Fender MK Signature, que sin duda es muy buena, y estoy encantado con ella. Es mi preferida, no solo por ser “roja y blanca”, sino por cómo la he adaptado para tener la máxima comodidad. Le he hecho varias modificaciones importantes, la primera, un cambio de trastes. Los que traía originalmente eran enormes y altísimos para mi gusto, y tenía la sensación de que me frenaban en exceso a la hora de tocar partes rápidas. Y la otra modificación, es una que ya le he hecho también a la otra Stratocaster que tengo, y es eliminar el botón de tono central, poner en ese lugar el potenciómetro de volumen, y el botón de tono restante dejarlo como único botón de tono para las 3 pastillas. Hice esto porque en ocasiones me molestaba el botón de volumen tan cerca del puente, y a veces lo bajaba sin querer. También porque nunca he entendido por qué la pastilla del puente no tenía control de tono (supongo que algún motivo habrá), y ahora en mi caso ya lo tiene. También soy de la opinión de que lo primero que hay que hacer al comprar una guitarra, es llevársela a un luthier para que la ajuste a tu gusto; en general, por buenas o malas que sean, vienen fatal ajustadas, y con las cuerdas muy altas para que no den problemas en el viaje desde la fábrica a tu casa. (N. del A: totalmente de acuerdo Roberto!!)
Rack de guitarras de gira
Fender MK Signature
El resto de guitarras que tengo, a mucha gente le puede sorprender que sean baratas. Para mí la más notable es la Les Paul, una guitarra china no original, que era la que me pude permitir hace muchos años cuando estudiaba, y que estoy encantado con ella. Suena realmente bien, y le tengo un especial cariño, y es que soy de la opinión, que el 80% del sonido de una guitarra, está en tus dedos y en la forma de tocar. A ese respecto, siempre recuerdo una anécdota que comentaba David Gilmour sobre Mark Knopfler, que coincidieron en un programa de TV donde primero tocaba uno, y luego el otro, y Mark solo llevaba su guitarra, y le pidió a David si podía utilizar su equipo… este accedió encantado, pero con la preocupación de si Mark Knopfler sonaría a David Gilmour con el equipo de David, o bien sería Mark Knopfler“sonando a Mark Knopfler”… Y fue esto último como no podía ser de otra manera. Por tanto, aquellos que invierten grandes cantidades de dinero en comprar guitarras y amplis carísimos, está bien… sin duda deben sonar bien, pero solo si las manos que los tocan los hacen sonar bien. Como dice un amigo, “los billetes están en la mano derecha”.
…Con la «Chibson»
También llevo una guitarra acústica Ovation, solo para el tema The Man’s Too Strong, que suena muy bien y no da absolutamente ningún problema de acoples en directo sin necesidad de tapar los orificios, y no es una guitarra cara, unos 450€. Y una Epiphone Chet Atkins, con la que también estoy encantando, y que le compré de segunda mano hace años a un tipo por 200€, porque era realmente difícil de encontrar. Están bastante cotizadas tanto en su versión de Epiphone como la Gibson, porque dejaron de fabricarse hace años… una Gibson Chet Atkins de los años 80 puede llegar a valer entre 3.000€ y 6.000€ según su estado, porque lógicamente ya no se fabrican. Y por último, un dobro, que tampoco es una National original, pero al que yo le instalé una pastilla Highlander bastante buena, y que consigue un sonido super fiel.
…Ovation
Tocando «Private Investigations» con la Chet Atkins
Para «Romeo and Juliet» Roberto utiliza su dobro
En cuanto a mi amplificador…me lo fabriqué yo mismo. Solo utilicé la carcasa de un viejo ampli español, de los años ’60, fabricado por Jomadi, un fabricante del país vasco según tengo entendido. Era un ampli a válvulas, con el circuito montado al aire (sin circuito impreso), y tenía alguna avería importante porque daba unos calambrazos impresionantes. Lo rescató mi hermano de un hospital en el que trabajaba, y que estaba destinado a la basura. Me gustó mucho su estética “vintage”, y tras recibir varios calambrazos importantes, decidí sacrificar el circuito a válvulas y los altavoces deteriorados, e instalar dos etapas de 100w, convirtiéndolo en un amplificador stereo, le añadí unos altavoces Beyma, también españoles (que según tengo entendido también fabrican para Celestion), y desde el año 2001 es el amplificador que uso. No tiene ni siquiera preamplificador, por lo que si enchufas directamente una guitarra eléctrica, no suena. Como preamplificador uso mi pedalera, que siempre me he decantado por Digitech, por ser muy resistente, fiable, y fácil de programar. Detesto los pedales sueltos (aunque los usé por un tiempo hace muchos años), que te permiten menos posibilidades de programación, y son más susceptibles a dar problemas, al multiplicar por cinco o por diez los fallos de conexión entre ellos y ruidos indeseados, tanto en jacks de audio como en jacks de alimentación… con una pedalera, solo tienes una única conexión de audio y de alimentación, y cualquier problema en directo, lo detectas rápido. La Digitech que uso actualmente es una RP1000. No es una pedalera cara tampoco, me costó cerca de 400€, y estoy muy contento con el resultado, y según me dicen, consigo un sonido bastante fiel al de Mark Knopfler con cualquier guitarra. Siempre se puede mejorar sin duda, pero conozco a gente con maplificadores Soldanos y guitarras Gibson de 5.000€ que no por ello consiguen el sonido correcto; insisto que el sonido está en tus manos en un 80%, y el otro 20% en cómo puedas exprimir al máximo las posibilidades de tu equipo.
El «curioso» amplificador Jomadi (?) que utiliza Roberto
Roberto utiliza una Digitech RP1000 para efectos y como preamp
Junto a la Digitech se puede ver el «setlist» del concierto
-Al concierto de Valencia en Espai Rambleta le siguen Almería, Palma de Mallorca, Sevilla, Pamplona, Zaragoza y Salamanca…¿hay posibilidad de otras fechas y otras ciudades?
Sí, por supuesto, ya estamos cerrando nuevas fechas, y acabamos de hacerlo justo en esta semana en un importante festival en Gran Canaria, llamado Gran Canaria Suena, en el que vamos a tener el honor de pisar el mismo escenario que pocos días antes pisará Miguel Ríos, Pablo Milanés, o el grupo Revólver.
-Finalmente…¿que podemos esperar en el concierto de Alchemy Project?.
Pues nos gustaría que podáis esperar lo que nos transmite mucha gente al finalizar el concierto, que se han sentido como si estuvieran en el Hammersmith Odeon de Londres en 1983, viendo a los propios Dire Straits, haciendo un viaje en el tiempo. Para nosotros es una gran satisfacción que el público tenga esas emociones, porque nos las transmiten, y las vemos reflejadas en sus caras de felicidad (y algunas lágrimas de emoción también), durante el concierto.
…dicho y hecho…mucha de la gente que estuvo en el concierto tuvo la sensación de realizar un pequeño viaje en el tiempo y trasladarse al Hammersmith Odeon aquellas noches. Los emblemáticos temas que Dire Straits interpretó esa noche iban cayendo de la mano (y voz) de Roberto, genialmente arropado por David Carmona (guitarra y voz), Antonio Márquez (saxo, flauta y percusión), José «Enzeos» (bajo y voz), José Guerrero (trompeta, teclado y voz), Julian Carrasco (teclados) y Fran Hurtado (batería, que sustituyó al habitual Rafa Rabal).
David Carmona
Antonio Márquez
José «Enzeos»
José Guerrero
Julián Carrasco
Fran Hurtado
El público aceptó gustoso la propuesta de Alchemy Project ya desde los primeros acordes de «Once upona time in the West», con su misma intro e interpretada fielmente por toda la banda, para seguir con «Expresso Love» y «Romeo and Juliet», dos exquisitos temas tan esenciales como diferentes (las primera notas de «Romeo and Juliet» con el dobro seguro que emocionaron a más de uno). En ese momento ya se sabe que Alchemy Project no es un simple tributo a una gran banda, sino que es una gran propuesta que rememora fielmente aquellas noches del ’83.
«Love over Gold» cambia el ritmo del concierto y te sumerge en el ambiente adecuado para abordar «Private Investigations», a mi entender una de las joyas de «Alchemy», y previo perfecto a «Sultans of Swing» que funciona como pieza central del concierto (y del disco). Nada se les escapa, todo está en el sitio, ni más ni menos, como debe ser, incluso se esbozan algunos detalles que para el escuchante ávido son de cosecha propia y que aportan virtuosismo a la interpretación.
Pero el nivel aumenta, y siguen con «Tunnel of Love» y la genial «Telegraph Road» con sus expresivos silencios y sus cambios de ritmo excepcionales.
Roberto cambia de nuevo de guitarra…y de época, insertando otros hits de los Straits: es el turno de «Money for nothing», «Your latest trick», «The Man’s too strong» y «Walk of Life», un guiño al álbum de 1985, «Brothers in Arms», quizás el más comercial (por aquello de haber vendido más de 30 millones, número 1 en USA y UK, 9 veces platino, ser el tercer disco más vendido de la década de los ’80 y figurar en el puesto 12º de álbumes más vendidos de toda la historia), pero el más reconocido por el público, que a estas alturas de concierto ya corea todos los temas.
Finalmente, Roberto nos ahorra simpáticamente el artificial tiempo de espera para el bis, y sin salir del escenario pasa directamente a «So far away». La banda se relaja un poco y toman asiento. Es el precioso y antológico momento de «Going Home». después de más de dos horas de concierto el sonido de guitarra limpio y cristalino del tema de la película «Local Hero» es el que va a cerrar, indiscutiblemente y sin remedio, la noche en L’Espai Rambleta…o debiera decir Hammersmith Odeon?. Que más da…finalmente, tal como pronosticó Roberto, salimos del concierto con esa impresión, con una sonrisa, felices…
Recientemente hemos sabido de la entrada de Mark Knopfler al estudio para grabar un nuevo trabajo. Guy Fletcher está escribiendo una especie de diario del evento, es el Guy’s Studio Diary, de donde extraemos el siguiente texto:
«Saliendo de nuestro aislamiento autoimpuesto, cuatro semanas de amistades reavivadas, historias, risas y, por supuesto, grabaciones, luchamos por comprender el horror que se desarrolla en Ucrania. Nuestros pensamientos están con su gente y las familias que han sido separadas y forzadas a huir de su patria, muchas de las cuales están atrapadas. Su valentía y resistencia a esta invasión es inspiradora, un recordatorio de nuestra humanidad contra tal inhumanidad. Hacer música parece tan irrelevante en esos momentos hasta que recuerdo el poder que tienen algunas canciones sobre nosotros, especialmente en tiempos difíciles».
«De pie en la consola principal, grabando y con la banda lista para grabar otra canción recién salida de la mente de la máquina de canciones que es Mark, me pregunto… ¿es este el combo correcto de caja y bombo? ¿Está Glenn en el bajo adecuado para la canción? ¿Richard está ‘splanding’ a través del mejor amplificador? ¿Debería Greg estar en un lap steel en lugar de un pedal? ¿Por qué Danny no se sube a los bongos en lugar de a una coctelera y un palo de lluvia? Todas estas preguntas pronto se responden cuando la banda se pone en marcha. Nuestros instintos eran correctos, en su mayoría».
«Las tomas en vivo son las más emocionantes ya que todo se une muy rápido. Muy a menudo será la primera toma la que hace el álbum. La primera vez que la banda toque una canción juntos será la que escuches. No es que no nos esforcemos más por mejorar las cosas, es solo que a menudo la combinación de mayor conciencia, espontaneidad y frescura es difícil de superar. La mayoría de las veces, la segunda y la tercera toma pueden parecer demasiado confiadas, ya que todos la han jugado y «aprendido», por lo que tiene un aire de confianza que no siempre es lo mejor para la canción. Decidiremos una toma y luego la banda se turnará para «evaluar» su actuación. Esto significa escuchar mientras se centra en el rendimiento de un músico en particular con miras a reparaciones o posibles ofertas alternativas, es decir, una sobregrabación o tomas alternativas. La forma en que los músicos tocan entre sí en la misma habitación es parte de por qué todos elegimos ser músicos».
El grupo Alchemy Project llevará a los escenarios, con exquisita fidelidad en cuanto a sonido, instrumentación y escenografía, aquel maravilloso concierto grabado en el Hammersmith de Londres en 1983, «Alchemy Live», que será la delicia de todo fan de Dire Straits, y de los amantes del rock en general, ya que nunca antes ningún grupo ha realizado un tributo basado en exclusiva en este enorme directo, cuya grandeza y virtuosismo reside en que fue grabado tras una gira de 240 conciertos por todo el mundo y en el máximo apogeo de la banda inglesa.
Estaremos en el concierto de Valencia (Espai La Rambleta), para haceros una extensa crónica, estaremos en la prueba de sonido, backstage y equipo, entrevistaremos a Roberto Sanchez y por supuesto el concierto…pero seguro que lo mejor es que estés tú, así que anota los diferentes conciertos que va a realizar por todo el país Alchemy Project:
25 de Marzo – Valencia, Teatro Espai La Rambleta
26 de Marzo – Almería, Teatro Cervantes
30 de Abril – Palma de Mallorca, Trui Teatre
27 de Mayo – Sevilla, Sala Custom
4 de Junio – Pamplona, Auditorio Barañain
5 de Junio – Zaragoza, Teatro de Las Esquinas
24 de Septiembre – Salamanca, Palacio de Congresos
«Alchemy: Dire Straits Live» es el primer álbum en vivo oficial de la banda británica Dire Straits. Está considerado por la crítica especializada como uno de los mejores y más relevantes discos en directo de la historia del rock, gracias al virtuosismo de sus músicos y a los prolongados y originales solos de guitarra de su carismático líder Mark Knopfler. En 2022 se cumplen 39 años de tan magno concierto.
Es por ello que el grupo Alchemy Project llevará a los escenarios, con exquisita fidelidad en cuanto a sonido, instrumentación y escenografía, aquel maravilloso concierto grabado en el Hammersmith deLondres en 1983, que será la delicia de todo fan de Dire Straits, y de los amantes del rock en general, ya que nunca antes ningún grupo ha realizado un tributo basado en exclusiva en este enorme directo, cuya grandeza y virtuosismo reside en que fue grabado tras unagira de 240 conciertos por todo el mundo y en el máximo apogeo de la banda inglesa.
Cabe destacar que el cantante y guitarrista principal de Alchemy Project,Roberto Sánchez (en el papel de Mark Knopfler), cuenta con el respaldo del bajista original y co-fundador de Dire Straits, el señor John Illsley, quien eligió personalmente a Roberto Sánchez para abrir con sus temas propios los 12 conciertos de su gira por toda España en 2019.
Roberto Sánchez
Para mayor deleite de los fans, Alchemy Project da un paso más, interpretando dos temas inacabados y nunca publicados por Dire Straits, de los que solo se había podido oír hasta la fecha 1 minuto de grabación, procedente de un ensayo que la mítica banda realizó para un documental del año 1980, y que Alchemy Project ha concluido, completando las partes inacabadas de dichos temas, y grabándolos en estudio manteniendo la calidez de los primeros discos de Dire Straits y de las grabaciones de los ’80, respetando fielmente el más puro estilo de la formación de aquella época, pero con arreglos y partes nunca antes escuchadas. Se trata de los temas «Making Movies» y “Sucker For Punishment”, que no fueron incluidos en ninguno de los álbumes de estudio de la banda británica.
Además del concierto íntegroAlchemy, en el repertorio del grupo homenaje no faltarán temas emblemáticos de épocas posteriores, como «Brothers In Arms», «Money for Nothing», «Your Latest Trick», «The Man’s Too Strong», «Walk Of Life» y «So Far Away«, completando un espectáculo de 2:30h. de duración.
En 2018 y 2019, Alchemy Project realizó una exitosa gira por todo el país, actuando en las principales salas y teatros de la geografía española, y colgando “sold out” en sus carteles. Tras el parón obligatorio por la pandemia, comienzan con fuerza una nueva e ilusionante gira con las siguientes fechas ya confirmadas:
19 de Marzo – Málaga, Sala París 15
25 de Marzo – Valencia, Teatro Espai La Rambleta
26 de Marzo – Almería, Teatro Cervantes
30 de Abril – Palma de Mallorca, Trui Teatre
27 de Mayo – Sevilla, Sala Custom
4 de Junio – Pamplona, Auditorio Barañain
5 de Junio – Zaragoza, Teatro de Las Esquinas
24 de Septiembre – Salamanca, Palacio de Congresos
Para celebrar más de mil millones de visitas en los canales oficiales de Live Aid y Live 8 de YouTube, Band Aid y YouTube han publicado un nuevo vídeo de entrevistas, imágenes raras y documentales sobre el legendario evento musical de julio de 1985…cada vista genera dinero para Band Aid Trust…
Con motivo del 25 aniversario de su primer álbum de estudio en solitario «Golden Heart», el legendario líder de Dire Straits y excepcional guitarrista Mark Knopfler ha lanzado una colección remasterizada de sus primeros cinco álbumes de estudio en solitario.
La colección incluye «Golden Heart» (1996), «Sailing To Philadelphia» (2000), «The Ragpicker’s Dream» (2002), «Shangri-La» (2004) y «Kill To Get Crimson» (2007). También se incluye un LP extra exclusivo con caras B de estudio de este período: «Gravy Train: The B-Sides 1996-2007». El sonido de esta colección remasterizada fue remasterizado por Miles Showell en Abbey Road Studios en Londres.
«The Studio Albums 1996-2007» se lanzará como una caja de 6 CD y una caja de 11 LP con vinilo de 180g y seis impresiones artísticas de las portadas de los álbumes, y será lanzado el próximo 1 de octubre.
CD 1 or LPs 1 & 2: Golden Heart
Darling Pretty
Imelda
Golden Heart
No Can Do
Vic And Ray
Don’t You Get It
A Night In Summer Long Ago
Cannibals
I’m The Fool
Je Suis Désolé
Rüdiger
Nobody’s Got The Gun
Done With Bonaparte
Are We In Trouble Now
CD 2 or LPs 3 & 4 Sailing to Philadelphia
What It Is
Sailing To Philadelphia
Who’s Your Baby Now
Baloney Again
The Last Laugh
Do America
Silvertown Blues
El Macho
Prairie Wedding
Wanderlust
Speedway At Nazareth
Junkie Doll
Sands Of Nevada
One More Matinee
CD 3 or LPs 5 & 6: The Ragpicker’s Dream
Why Aye Man
Devil Baby
Hill Farmer’s Blues
A Place Where We Used To Live
Quality Shoe
Fare Thee Well Northumberland
Marbletown
You Don’t Know You’re Born
Coyote
The Ragpicker’s Dream
Daddy’s Gone To Knoxville
Old Pigweed
CD 4 or LPs 7 & 8: Shangri-La
5.15 a.m.
Boom, Like That
Sucker Row
The Trawlerman’s Song
Back To Tupelo
Our Shangri-La
Everybody Pays
Song For Sonny Liston
Whoop De Doo
Postcards From Paraguay
All That Matters
Stand Up Guy
Donegan’s Gone
Don’t Crash The Ambulance
CD 5 or LPs 9 & 10: Kill to get Crimson
True Love Will Never Fade
The Scaffolder’s Wife
The Fizzy And The Still
Heart Full Of Holes
We Can Get Wild
Secondary Waltz
Punish The Monkey
Let It All Go
Behind With The Rent
The Fish And The Bird
Madame Geneva’s
In The Sky
CD 6 or LP 11: Geavity Train: The B-sides 1996-2007