El regreso de Foo Fighters ya tiene fechas

10 01 2023

Ya os informamos en un anterior post (+info) sobre el anunciado regreso de Foo Fighters,tras el fallecimiento de Taylor Hawkins, anunciado por la misma banda y que ellos mismos definen como «una banda diferente».

Los Foo escribieron: «Al despedirnos del año más difícil y trágico que nuestra banda haya conocido, recordamos lo agradecidos que estamos por las personas que amamos y apreciamos más, y por los seres queridos que no son más tiempo con nosotros. Foo Fighters se formó hace 27 años para representar el poder curativo de la música y la continuación de la vida. Y durante los últimos 27 años, nuestros fans han creado una comunidad mundial, un sistema de apoyo que nos ha ayudado a superar los momentos más oscuros. Un lugar para compartir nuestra alegría y nuestro dolor, nuestras esperanzas y miedos, y para unirnos en un coro de vida juntos a través de la música. Sin Taylor, nunca nos hubiéramos convertido en la banda que éramos, y sin Taylor, sabemos que vamos a ser una banda diferente en el futuro. También sabemos que ustedes, los fans, significaron tanto para Taylor como él para ustedes y sabemos que cuando los volvamos a ver, y lo haremos pronto, él estará allí en espíritu con todos nosotros todas las noches».

Aunque por el momento no tienen anunciados conciertos en solitario, los Foo han anunciado que encabezarán el cartel de tres festivales: Sonic Temple Art & Music Festival, Boston Calling Music Festival y Bonaroo Music & Arts Festival, todos ellos en USA





Taylor Hawkins y su último show con Foo Fighters

29 03 2022
Taylor Hawkins y su último show con Foo Fighters, en Lollapalooza Argentina, el domingo 20 de marzo

Apenas cinco días después de su inolvidable show en la edición argentina de Lollapalooza, Taylor Hawkins, batería de Foo Fighters, falleció en Bogotá, Colombia. En un escueto comunicado de prensa, la banda pidió privacidad, apoyando a la familia de Taylor. Tenía 50 años. La noticia llega con el dolor y el descreimiento de alguien que parecía eterno, por varios motivos. Hawkins forma parte de un particular linaje de baterías con personalidad y sonido propios, un verdadero epítome del rock & roll. Nacido en 1972 en Texas, tomó las baquetas tras los pasos de Neil Peart y John Bonham, respiraba el pavoneo extravagante de Jane’s Addiction, soñaba con la justa cualidad de The Police y le ofrecía un incesante culto al despliegue escénico de Freddie Mercury y Queen. No solo fueron los aporreos a los parches; la excelencia y crudeza de su tono en “Somebody to love”, en el último recital de Foo Fighters en Argentina, va a quedar sellado, no sin tristeza, en la historia grande del rock. 

Incluso antes de eso, sin imaginarlo en ese instante, dejaba todo para cerrar su carrera en vida de forma antológica. En el Hipódromo de San Isidro, se le vió durante una hora y media dándole machaque sin piedad a la batería, como prueba suficiente de su supremacía artística: tanto en la erupción de punk clásico en “Breakout”, la cabalgata veloz de “No Son of Mine”, como también en el groove de los progresivos “The Sky is a Neighbourhood” y “Shame Shame”, hacia el crescendo épico de “My Hero”; Taylor Hawkins mantuvo, como de costumbre, la arquitectura de amplitud necesaria para que Foo Fighters hiciera un espectáculo a la altura de su legado.

Pero todavía faltaba un tramo, y lo mejor estaba por llegar.

Después de los solos, en el vídeo se ve salir a un Hawkins tímido desde la lejanía de su kit, casi fingiendo desinterés. Abraza con fuerza a Dave Grohl, mientras les dice a todos, “Yo fucking amo a Dave Grohl”, y comienza un nuevo evento: primero con el firuleteo vocal de Mercury para calentar sin miedo a más de 90.000 personas, y luego paseándose de principio a fin por todas las notas de una canción imposible para cualquier mortal.

“No, hermano, no otro de estos tipos, por favor”, confesaba Nate Mendel en el documental Back & Forth de 2011 sobre el ingreso de Hawkins a los Foo. Hawkins era un jocoso surfer de Laguna Beach con una enorme sonrisa, diametralmente opuesto a la introspección de ética post-hardcore de Mendel, que apareció en la narrativa de Foo Fighters luego de ser sesionista de Alanis Morisette. No hacía falta demasiado para que muchos entendieran que la canadiense tenía a un monstruo indomable detrás suyo.

Hasta «The Colour and the Shape» de 1997, los Foo eran un ave fénix, intentando con todas sus fuerzas resurgir de las cenizas de Nirvana en Seattle. Ese mismo año, el nuevo baterista y la eventual reubicación del grupo en Los Ángeles terminaron de mutarlos en esa institución del rock universal que se sacó una pesadísima mochila de encima, para así vender millones de discos, hacerse de una decena de Grammys, ser introducidos al Rock & Roll Hall of Fame, y llenar hasta el hartazgo estadios por el mundo.

Aunque el mayor aporte de Hawkins a Foo Fighters extiende su dominio más allá de lo rítmico. Hubo algo sin dudas tridimensional en su persona, de un atractivo físico y aspiracional que destrabó varios elementos vitales para la carrera a largo plazo de los Foo. Grohl encontró rápidamente en él a un hermano, alguien capaz de empatar, o mejor dicho, amplificar su energía y bravura. Hawkins se sentaba con seguridad en la batería y también quería ofrecer un verdadero espectáculo del rock. “Fue Taylor el que estuvo detrás de eso, que toquemos más compenetrados y hacer una puesta en escena que fuera memorable”, dijo el guitarrista Chris Shifflett sobre su compañero.

Grohl y Hawkins en Lollapalooza Argentina, el domingo 20 de marzo

Desde la salida del video de “Big Me”, Grohl ya jugaba abiertamente con el humor, probablemente como reacción a la seriedad y a los fantasmas detrás del fin de Nirvana. “Los videos son avisos comerciales de caramelos”, dijo el cantante y guitarrista para asignarle un sello descontracturado a lo audiovisual, aunque revistiéndolo de cierta raíz irónica. Esa ironía era una destilación, aunque menos bufonesca, de lo que intentó Cobain, sin éxito, decirle a la industria del mainstream: Nirvana a ustedes no les pertenece. 

Con Hawkins en el fondo, Foo Fighters se acomodó en el mainstream, pero sin perder integridad. En ocho discos oficiales, la luz de su ritmo es una pieza central, del cual toma ciertas concesiones, inclusive revelando sus dotes de cantante. Es imposible esquivar su voz en el luminoso “Cold Day in the Sun” de «In Your Honor», como también en el espeluznante cover Foo de “Have a Cigar” de Pink Floyd, y el respeto aural que le confirieron los miembros sobrevivientes de Led Zeppelin cuando se puso al frente del tema «Rock and Roll» en el los premios Kennedy Center Honors. Semejantes inquietudes se consolidaron en el también relevante corpus con su proyecto solista de The Coattail Riders.

Varios obituarios y homenajes remarcan su vitalidad y su energía, esa espada de doble filo que empuñan los mejores paladines del rock, y que les profiere una estampita de eternidad, al mismo tiempo frágil, como una casa de naipes a punto de derrumbarse. Y por eso duele más. “Yo vivo gracias a que toco Rock & Roll”, dijo alguna vez. “Así que no voy a quejarme de nada”.





Fallece Taylor Hawkins, batería de Foo Fighters

26 03 2022
Dave Grohl y Taylor Hawkins

Taylor Hawkins, batería de Foo Fighters, ha muerto este viernes en Bogotá (Colombia) a los 50 años. El grupo estadounidense era el cabeza de cartel del macrofestival Estéreo Picnic, donde tenía previsto actuar este viernes.

Horas antes de la actuación fue descubierto el cuerpo sin vida del músico en la habitación de su hotel, sin que se conozcan aún las causas.

Taylor Hawkins era la mano derecha de Dave Grohl en Foo Fighters desde su llegada al grupo, en 1997, solo dos años después de que Grohl comenzara con el proyecto tras el final de Nirvana.

Taylor Hawkins nació en Fort Worth, Texas, en 1972. Fue el batería de gira de Sass Jordan y Alanis Morissette antes de unirse a Foo Fighters en 1997. Excepto por el debut homónimo de la banda en 1995, Hawkins ha grabado cada uno de los álbumes de estudio de la banda, desde poco después de la finalización de «The Color And The Shape» de 1997, desde «There Is Nothing Left To Lose» de 2000, a «Medicine At Midnight», que se lanzó el año pasado.

Fuera de los Foos, Hawkins apareció en el álbum de Brian May de 1998 «Another World» y en el álbum debut homónimo de Slash de 2010. También actuó con Coheed and Cambria, Taylor Hawkins and the Coattail Riders, y The Birds of Satan, y estuvo de gira con Alanis Morissette antes de unirse a FF.

Hombre carismático de melena rubia, filosofía vital californiana y estilo exuberante, era el tipo de batería que tocaba como si boxeara. La intensidad de su pegada y la pirotecnia de su ritmo, típicos del rock duro de la costa oeste de EEUU, heredero del glam de los años 70, encajaron a la perfección en lo que buscaba Grohl. El propio Grohl había sido el inolvidable batería de Nirvana, y tras el suicidio de Kurt Cobain se propuso continuar haciendo rock con mucho músculo, pero más luminoso. Taylor Hawkins fue para ello su aliado más fiel, un party animal siempre sonriente que además se convirtió en uno de sus amigos más cercanos.

Rápidamente Foo Fighters se convirtió en el gran grupo de rock de estadio de su tiempo, y durante dos décadas ha permanecido como uno de los favoritos de los aficionados al rock, especialmente en sus incandescentes y maratonianos directos.

«La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro querido Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre», ha transmitido el grupo en un comunicado difundido en sus redes sociales. «Nuestros corazones están con su esposa, hijos y familia, y pedimos que su privacidad sea tratada con el máximo respeto en este momento inimaginablemente difícil», añade dicho comunicado.

Foo Fighters se encuentra inmerso en una gira mundial, en su momento aplazada por la pandemia, y cuya etapa europea comenzaba el 8 de junio en Berlín y tenía previstas dos fechas en nuestro país: Valencia (16/6) y Madrid (20/6). A esta hora no hay ningún comunicado oficial del motivo de la muerte de Hawkins, así como de los conciertos que restan a la extensa gira.





«Sharp Edges», nuevo vídeo de Linkin Park

15 12 2017

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Chester Bennington

Linkin Park acaba de lanzar un vídeo de la canción «Sharp Edges». La banda rindió homenaje a Bennington el 27 de octubre con un emotivo espectáculo de tres horas en el que participaron numerosos invitados que se unieron a la banda en el escenario del Hollywood Bowl en Los Ángeles. Entre los artistas que actuaron con la banda estuvieron Gavin Rossdale de Bush, Jonathan Davis de Korn, Alanis Morissette, miembros instrumentales de No Doubt, Oli Sykes de Bring Me the Horizon, Blink-182, M. Shadows y Synyster Gates de Avenged Sevenfold y muchos mas.

Linkin Park aún no ha anunciado si la banda tiene la intención de continuar sin Chester Bennington.

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One More Light Live es lo nuevo de Linkin Park








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