Entrevistamos a Roberto Sánchez, guitarrista, cantante y frontman de Alchemy Project un grupo que lleva a los escenarios, con exquisita fidelidad en cuanto a sonido, instrumentación y escenografía, aquel maravilloso concierto grabado en el Hammersmith de Londres en 1983, la delicia de todo fan de Dire Straits, y de los amantes del rock en general. Nunca antes ningún grupo ha realizado un tributo basado en exclusiva en este enorme directo, cuya grandeza y virtuosismo reside en que fue grabado tras una gira de 240 conciertos por todo el mundo y en el máximo apogeo de la banda inglesa.
Primeramente expresarte nuestro agradecimiento por poder atender al blog de Vanz Guitars. Después del gran “apagón musical” que ha habido durante este tiempo, parece que arranca todo de nuevo y Alchemy Project se encuentra inmerso en plena gira nacional.
-¿Cómo estáis viviendo vuestro regreso a los escenarios?
Con muchísima ilusión y más ganas que nunca, y es curioso que podemos apreciar lo mismo en el público… su interés y respuesta en nuestros shows ha sido fantástica, y claramente tanto ellos como nosotros teníamos ya mucha “hambre” de escenario y de conciertos. Después de tantos meses de noticias horribles en general para la humanidad, que tengamos por fin la oportunidad de hacer lo que más nos gusta, y evadirnos de toda esa negatividad que nos inunda, es todo un placer y un privilegio poder tocar de nuevo.
-Actualmente existe un gran abanico de “grupos tributo”, pero creo que hay pocos (tal vez algún tributo a Pink Floyd, creo recordar) que se centre en una época concreta del grupo al que homenajea. ¿Porque centrarse en “Alchemy”?.
Alchemy desprende una energía especial, y supongo que es uno de los motivos por el que está considerado como uno de los conciertos más relevantes de la historia del rock… y es que fue grabado en el máximo apogeo y virtuosismo de Dire Straits, después de una gira de 150 conciertos por todo el mundo, y finalizando “en casa”, en el Hammersmith Odeon de Londres, por lo que todo eso se refleja en ese electrizante directo. Otros grupos tributo se habían centrado en otras épocas, pero nadie antes se había centrado en exclusiva en Alchemy hasta que lo hicimos nosotros, quizás por el gran reto y dificultad que supone llevarlo a cabo, y por eso quise aventurarme a hacerlo… de alguna manera me gustan los retos. Y aún después de cuatro años realizándolo, seguimos intentando mejorarlo concierto a concierto, para que el público sienta que está viajando en el tiempo al 22 y 23 de Julio de 1983.
-“Alchemy” se publicó en 1984 (cumplirá 40 años en 2024), ¿crees que su discurso musical puede encajar hoy en día?.
Sinceramente, creo que no. Y es un poco triste, porque desde mi punto de vista, la música contemporánea se ha simplificado mucho, y utiliza otro lenguaje que nada tiene que ver con la música que se hacía hace 30 o 40 años. Pero de lo que no tengo duda, es que se ha convertido en un clásico, y que perdurará en la historia (más allá de lo que pueda conseguir la música actual) para todo aquel que quiera investigar. Pero me llama poderosamente la atención, que cuando algunos padres o abuelos llevan a sus hijos o nietos a nuestros conciertos, sus caras de asombro son la semilla para que esa música perdure. Es como si hubieran estado viendo en blanco y negro, y al ver ahora a 7 músicos compenetrados sobre un escenario y haciendo música “no sampleada”, es como si ahora vieran en color.
-Como admirador que me declaro, primero de Dire Straits y después de Mark Knopfler, tengo que reconocer que me fascina la gran diferencia entre los temas originales (ya de por sí extensos) y los que interpretaban en directo y fueron capturados para “Alchemy”. ¿No es esto extremadamente complicado para un grupo tributo?.
Sí, sin ninguna duda, y me vienen especialmente a la memoria dos temas enlazados del concierto original, cuya duración es de 28 minutos… se trata de Portobello Belle y Tunnel Of Love. Están magistralmente enlazados, y es un gran reto para nosotros estar tocando durante 28 minutos sin pausa alguna. De hecho, debido a su longitud, en el doble disco fue incluso eliminado Portobello por falta de espacio, y Tunnel Of Love aparece en el disco con un “fade in”.
-Personalmente considero “Alchemy” como un disco de “cabecera” para cualquiera que le guste el rock y más concretamente la música en directo. No sabría decidirme sobre un tema que definiera lo más fielmente posible lo que es “Alchemy”…¿que tema elegirías para que lo escuchase alguien que no conociera el disco?.
Para alguien que no lo conozca, el tema emblema que puede “explicar” más rápidamente qué es Alchemy, sin duda siempre será Sultans Of Swing, y es el que refleja perfectamente esa energía. Pero para mí, creo que me quedaría con Telegraph Road.
-“Alchemy” contiene temas de todos sus anteriores discos: “Dire Straits” (1979), “Comuniqué” (1979), “Making Movies” (1980) y “Love over Gold” (1982). ¿Crees que el disco “Brothers in Arms” (1985) supuso un giro en cuanto a la concepción musical de Dire Straits alejándose del rock de raíces folk, blues y country (e incluso jazz) hacia un sonido más comercial?.
Sí, sin ninguna duda. A partir de Brothers In Arms se aprecia en la guitarra de Mark aquello de “menos es más”, menos notas, menos rapidez o virtuosismo, pero tanto o más feeling… el tema Brothers In Arms es puro feeling a la guitarra, y no son necesarias más notas. Ahí ya hubo un importante giro musical, pero también en la mayor relevancia en los teclados, que ya venía vislumbrándose desde el disco Love Over Gold. Quizás por este último detalle pueda parecer más comercial, pero si nos situamos en el contexto de la época, Dire Straits supo evolucionar muy rápido en sus 7 primeros años hacía el tipo de música que se hacía e innovaba en la época, aunque sin perder su esencia. No todos los grupos consiguen adaptarse a las novedades de los tiempos, sin perder su esencia primigenia.
-“Once upon a time”, “Expresso Love”, “Romeo and Juliet”…lo mires por donde lo mires son auténticas piedras preciosas que componen la joya perfecta, ¿conserváis el tracklist original en directo?.
Sí, pero no solo el que aparece en el doble disco, sino el que se pudo oír en el Hammersmith Odeon en 1983, y es que como decía antes, hubo ciertos temas que fueron eliminados, como Portobello, pero también el interesante Industrial Disease, que también enlazaron con Expresso Love, o el divertido Twisting By The Pool. Cuando comenzamos nuestra andadura en 2018, lo hacíamos así. Ahora hemos tenido que hacer un poco de hueco para incorporar otros clásicos que siempre nos demandaban, como Brothers in Arms o Money For Nothing.
-Llegamos a lo que parece ser la pieza central de “Alchemy”, “Sultans of Swing”, tema que catapultó a la banda y que sigue siendo el argumento principal de la misma…¿Cómo abordas la interpretación en directo de un tema que ha sonado hasta la saciedad y a la vez sigue siendo tan significativo?.
Con más respeto aún si cabe que con el resto de los temas. Todos son igual de importantes por supuesto, pero el público sabe que este tema nunca va a faltar, y muchos están esperando que llegue ese momento en el concierto, por lo que eso impone mayor respeto aún, y hacemos todo lo posible porque salga perfecto. Además, es un tema muy sensible a la velocidad… si la banda en general lo hace un poco más deprisa o despacio de lo que requiere, te lo puedes cargar literalmente. Debe ir a su tempo adecuado, y eso le añade aún más presión. Hay temas que pueden permitirse variaciones más amplias en ese aspecto, pero Sultans no.
-“Telegraph Road” es otro de los temas característicos desde su lanzamiento en “Love over Gold” e imprescindible para entender qué era un directo de Dire Straits. Como se entiende que un tema en directo de casi 14 minutos de duración mantenga esa tensión en todo momento?.
Es muy curioso el caso de Telegraph Road… porque a pesar de ser un tema de 14 minutos, a veces se te pasa volando o se te puede hacer corto, y creo eso es porque tiene varias partes muy diferenciadas, y muy cuidadas en arreglos y solos distintos en cada parte, que hacen que te mantengas conectado a él todo el tiempo, siguiendo el “hilo argumental”. Es como en las películas buenas, no hay una parte que sea aburrida o menos interesante que otra, todas captan tu atención de principio a fin, y supongo que ese es el secreto de este gran tema.
-¿Y en qué momento decide Roberto Sánchez que quiere tocar la guitarra?.
Cuando redescubro a los 11 años la música que ponía mi padre en casa cuando era más pequeño, y eso reabrió “una puerta” en mi mente donde se almacenaba de alguna manera esa música y recuerdos de pequeño. Recuerdo que una tarde de verano, cuando todos descansaban, me puse a escuchar con auriculares distintas cintas de cassette de mi padre, y al poner Dire Straits “me voló la cabeza”, y cuanto más escuchaba, más quería participar de aquel espectáculo sonoro. Suelo decir que fue una sana obsesión, quería hacer eso, quería ser como Mark Knopfler, y tocar como él.
-¿Es ahí cuando descubres a Dire Straits y Mark Knopfler?.
Sí, era la música que escuchaba mi padre, y que ponía en casa y en viajes cuando yo tenía 3 o 4 años, y tras algunos años en que no se escuchaba tanto en casa, la redescubrí con 11 años, y con 12 ya tuve mi primera guitarra, una Samick japonesa, roja y blanca como no podía ser de otra forma.
-Pasando a Alchemy Project…es un proyecto personal o surge de una cierta complicidad con otros miembros?.
Es un proyecto y una apuesta personal. Siempre estuve en grupos tributo más bien modestos… el primero en el que empecé a tocar temas de Dire Straits fue en el año ’95 con compañeros de instituto, luego en 2002 formé otra banda llamada The Next Train, con la que hicimos más de 80 conciertos, algunos de ellos bastante interesantes, pero Alchemy Project sería el paso definitivo hacia un público mayor, y espacios más grandes y de calidad.
–Alchemy Project presenta a siete músicos en el escenario (lo cual agradecemos), pero…¿lo consideras imprescindible para alcanzar la máxima fidelidad musical?.
Sí, sin ninguna duda. No veo que pudiera prescindir de ningún músico, y mucho menos de lo que pudiera parecer que va “por duplicado”, que son los teclistas, pero son absolutamente imprescindibles ambos, al igual que el guitarra de acompañamiento.
-Creo que además del “Alchemy” por completo vais a interpretar otros temas de Straits, no es así?.
Así es, en los primero dos años de Alchemy Project, interpretábamos en exclusiva en concierto de Alchemy, pero el público inevitablemente siempre nos pedía ciertos temas de épocas posteriores, y finalmente hemos accedido a esas peticiones, porque son muy lógicas. Temas como Brothers In Arms no deberían faltar nunca.
-En cuanto al equipo…¿Qué estás utilizando en esta gira?.
Pues no soy un guitarrista que precisamente lleve un equipo increíble, y unas guitarras magníficas y carísimas. Tengo una visión bastante particular al respecto. La guitarra más cara (pero no por ello mejor) que tengo, es la Fender MK Signature, que sin duda es muy buena, y estoy encantado con ella. Es mi preferida, no solo por ser “roja y blanca”, sino por cómo la he adaptado para tener la máxima comodidad. Le he hecho varias modificaciones importantes, la primera, un cambio de trastes. Los que traía originalmente eran enormes y altísimos para mi gusto, y tenía la sensación de que me frenaban en exceso a la hora de tocar partes rápidas. Y la otra modificación, es una que ya le he hecho también a la otra Stratocaster que tengo, y es eliminar el botón de tono central, poner en ese lugar el potenciómetro de volumen, y el botón de tono restante dejarlo como único botón de tono para las 3 pastillas. Hice esto porque en ocasiones me molestaba el botón de volumen tan cerca del puente, y a veces lo bajaba sin querer. También porque nunca he entendido por qué la pastilla del puente no tenía control de tono (supongo que algún motivo habrá), y ahora en mi caso ya lo tiene. También soy de la opinión de que lo primero que hay que hacer al comprar una guitarra, es llevársela a un luthier para que la ajuste a tu gusto; en general, por buenas o malas que sean, vienen fatal ajustadas, y con las cuerdas muy altas para que no den problemas en el viaje desde la fábrica a tu casa. (N. del A: totalmente de acuerdo Roberto!!)
El resto de guitarras que tengo, a mucha gente le puede sorprender que sean baratas. Para mí la más notable es la Les Paul, una guitarra china no original, que era la que me pude permitir hace muchos años cuando estudiaba, y que estoy encantado con ella. Suena realmente bien, y le tengo un especial cariño, y es que soy de la opinión, que el 80% del sonido de una guitarra, está en tus dedos y en la forma de tocar. A ese respecto, siempre recuerdo una anécdota que comentaba David Gilmour sobre Mark Knopfler, que coincidieron en un programa de TV donde primero tocaba uno, y luego el otro, y Mark solo llevaba su guitarra, y le pidió a David si podía utilizar su equipo… este accedió encantado, pero con la preocupación de si Mark Knopfler sonaría a David Gilmour con el equipo de David, o bien sería Mark Knopfler “sonando a Mark Knopfler”… Y fue esto último como no podía ser de otra manera. Por tanto, aquellos que invierten grandes cantidades de dinero en comprar guitarras y amplis carísimos, está bien… sin duda deben sonar bien, pero solo si las manos que los tocan los hacen sonar bien. Como dice un amigo, “los billetes están en la mano derecha”.
También llevo una guitarra acústica Ovation, solo para el tema The Man’s Too Strong, que suena muy bien y no da absolutamente ningún problema de acoples en directo sin necesidad de tapar los orificios, y no es una guitarra cara, unos 450€. Y una Epiphone Chet Atkins, con la que también estoy encantando, y que le compré de segunda mano hace años a un tipo por 200€, porque era realmente difícil de encontrar. Están bastante cotizadas tanto en su versión de Epiphone como la Gibson, porque dejaron de fabricarse hace años… una Gibson Chet Atkins de los años 80 puede llegar a valer entre 3.000€ y 6.000€ según su estado, porque lógicamente ya no se fabrican. Y por último, un dobro, que tampoco es una National original, pero al que yo le instalé una pastilla Highlander bastante buena, y que consigue un sonido super fiel.
En cuanto a mi amplificador…me lo fabriqué yo mismo. Solo utilicé la carcasa de un viejo ampli español, de los años ’60, fabricado por Jomadi, un fabricante del país vasco según tengo entendido. Era un ampli a válvulas, con el circuito montado al aire (sin circuito impreso), y tenía alguna avería importante porque daba unos calambrazos impresionantes. Lo rescató mi hermano de un hospital en el que trabajaba, y que estaba destinado a la basura. Me gustó mucho su estética “vintage”, y tras recibir varios calambrazos importantes, decidí sacrificar el circuito a válvulas y los altavoces deteriorados, e instalar dos etapas de 100w, convirtiéndolo en un amplificador stereo, le añadí unos altavoces Beyma, también españoles (que según tengo entendido también fabrican para Celestion), y desde el año 2001 es el amplificador que uso. No tiene ni siquiera preamplificador, por lo que si enchufas directamente una guitarra eléctrica, no suena. Como preamplificador uso mi pedalera, que siempre me he decantado por Digitech, por ser muy resistente, fiable, y fácil de programar. Detesto los pedales sueltos (aunque los usé por un tiempo hace muchos años), que te permiten menos posibilidades de programación, y son más susceptibles a dar problemas, al multiplicar por cinco o por diez los fallos de conexión entre ellos y ruidos indeseados, tanto en jacks de audio como en jacks de alimentación… con una pedalera, solo tienes una única conexión de audio y de alimentación, y cualquier problema en directo, lo detectas rápido. La Digitech que uso actualmente es una RP1000. No es una pedalera cara tampoco, me costó cerca de 400€, y estoy muy contento con el resultado, y según me dicen, consigo un sonido bastante fiel al de Mark Knopfler con cualquier guitarra. Siempre se puede mejorar sin duda, pero conozco a gente con maplificadores Soldanos y guitarras Gibson de 5.000€ que no por ello consiguen el sonido correcto; insisto que el sonido está en tus manos en un 80%, y el otro 20% en cómo puedas exprimir al máximo las posibilidades de tu equipo.
-Al concierto de Valencia en Espai Rambleta le siguen Almería, Palma de Mallorca, Sevilla, Pamplona, Zaragoza y Salamanca…¿hay posibilidad de otras fechas y otras ciudades?
Sí, por supuesto, ya estamos cerrando nuevas fechas, y acabamos de hacerlo justo en esta semana en un importante festival en Gran Canaria, llamado Gran Canaria Suena, en el que vamos a tener el honor de pisar el mismo escenario que pocos días antes pisará Miguel Ríos, Pablo Milanés, o el grupo Revólver.
-Finalmente…¿que podemos esperar en el concierto de Alchemy Project?.
Pues nos gustaría que podáis esperar lo que nos transmite mucha gente al finalizar el concierto, que se han sentido como si estuvieran en el Hammersmith Odeon de Londres en 1983, viendo a los propios Dire Straits, haciendo un viaje en el tiempo. Para nosotros es una gran satisfacción que el público tenga esas emociones, porque nos las transmiten, y las vemos reflejadas en sus caras de felicidad (y algunas lágrimas de emoción también), durante el concierto.
…dicho y hecho…mucha de la gente que estuvo en el concierto tuvo la sensación de realizar un pequeño viaje en el tiempo y trasladarse al Hammersmith Odeon aquellas noches. Los emblemáticos temas que Dire Straits interpretó esa noche iban cayendo de la mano (y voz) de Roberto, genialmente arropado por David Carmona (guitarra y voz), Antonio Márquez (saxo, flauta y percusión), José «Enzeos» (bajo y voz), José Guerrero (trompeta, teclado y voz), Julian Carrasco (teclados) y Fran Hurtado (batería, que sustituyó al habitual Rafa Rabal).
El público aceptó gustoso la propuesta de Alchemy Project ya desde los primeros acordes de «Once upon a time in the West», con su misma intro e interpretada fielmente por toda la banda, para seguir con «Expresso Love» y «Romeo and Juliet», dos exquisitos temas tan esenciales como diferentes (las primera notas de «Romeo and Juliet» con el dobro seguro que emocionaron a más de uno). En ese momento ya se sabe que Alchemy Project no es un simple tributo a una gran banda, sino que es una gran propuesta que rememora fielmente aquellas noches del ’83.
«Love over Gold» cambia el ritmo del concierto y te sumerge en el ambiente adecuado para abordar «Private Investigations», a mi entender una de las joyas de «Alchemy», y previo perfecto a «Sultans of Swing» que funciona como pieza central del concierto (y del disco). Nada se les escapa, todo está en el sitio, ni más ni menos, como debe ser, incluso se esbozan algunos detalles que para el escuchante ávido son de cosecha propia y que aportan virtuosismo a la interpretación.
Pero el nivel aumenta, y siguen con «Tunnel of Love» y la genial «Telegraph Road» con sus expresivos silencios y sus cambios de ritmo excepcionales.
Roberto cambia de nuevo de guitarra…y de época, insertando otros hits de los Straits: es el turno de «Money for nothing», «Your latest trick», «The Man’s too strong» y «Walk of Life», un guiño al álbum de 1985, «Brothers in Arms», quizás el más comercial (por aquello de haber vendido más de 30 millones, número 1 en USA y UK, 9 veces platino, ser el tercer disco más vendido de la década de los ’80 y figurar en el puesto 12º de álbumes más vendidos de toda la historia), pero el más reconocido por el público, que a estas alturas de concierto ya corea todos los temas.
Finalmente, Roberto nos ahorra simpáticamente el artificial tiempo de espera para el bis, y sin salir del escenario pasa directamente a «So far away». La banda se relaja un poco y toman asiento. Es el precioso y antológico momento de «Going Home». después de más de dos horas de concierto el sonido de guitarra limpio y cristalino del tema de la película «Local Hero» es el que va a cerrar, indiscutiblemente y sin remedio, la noche en L’Espai Rambleta…o debiera decir Hammersmith Odeon?. Que más da…finalmente, tal como pronosticó Roberto, salimos del concierto con esa impresión, con una sonrisa, felices…