Taylor Hawkins, batería de Foo Fighters, ha muerto este viernes en Bogotá (Colombia) a los 50 años. El grupo estadounidense era el cabeza de cartel del macrofestival Estéreo Picnic, donde tenía previsto actuar este viernes.
Horas antes de la actuación fue descubierto el cuerpo sin vida del músico en la habitación de su hotel, sin que se conozcan aún las causas.
Taylor Hawkins era la mano derecha de Dave Grohl en Foo Fighters desde su llegada al grupo, en 1997, solo dos años después de que Grohl comenzara con el proyecto tras el final de Nirvana.
Taylor Hawkins nació en Fort Worth, Texas, en 1972. Fue el batería de gira de Sass Jordan y Alanis Morissette antes de unirse a Foo Fighters en 1997. Excepto por el debut homónimo de la banda en 1995, Hawkins ha grabado cada uno de los álbumes de estudio de la banda, desde poco después de la finalización de «The Color And The Shape» de 1997, desde «There Is Nothing Left To Lose» de 2000, a «Medicine At Midnight», que se lanzó el año pasado.
Fuera de los Foos, Hawkins apareció en el álbum de Brian May de 1998 «Another World» y en el álbum debut homónimo de Slash de 2010. También actuó con Coheed and Cambria, Taylor Hawkins and the Coattail Riders, y The Birds of Satan, y estuvo de gira con Alanis Morissette antes de unirse a FF.
Hombre carismático de melena rubia, filosofía vital californiana y estilo exuberante, era el tipo de batería que tocaba como si boxeara. La intensidad de su pegada y la pirotecnia de su ritmo, típicos del rock duro de la costa oeste de EEUU, heredero del glam de los años 70, encajaron a la perfección en lo que buscaba Grohl. El propio Grohl había sido el inolvidable batería de Nirvana, y tras el suicidio de Kurt Cobain se propuso continuar haciendo rock con mucho músculo, pero más luminoso. Taylor Hawkins fue para ello su aliado más fiel, un party animal siempre sonriente que además se convirtió en uno de sus amigos más cercanos.
Rápidamente Foo Fighters se convirtió en el gran grupo de rock de estadio de su tiempo, y durante dos décadas ha permanecido como uno de los favoritos de los aficionados al rock, especialmente en sus incandescentes y maratonianos directos.
«La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro querido Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre», ha transmitido el grupo en un comunicado difundido en sus redes sociales. «Nuestros corazones están con su esposa, hijos y familia, y pedimos que su privacidad sea tratada con el máximo respeto en este momento inimaginablemente difícil», añade dicho comunicado.
Foo Fighters se encuentra inmerso en una gira mundial, en su momento aplazada por la pandemia, y cuya etapa europea comenzaba el 8 de junio en Berlín y tenía previstas dos fechas en nuestro país: Valencia (16/6) y Madrid (20/6). A esta hora no hay ningún comunicado oficial del motivo de la muerte de Hawkins, así como de los conciertos que restan a la extensa gira.
